El covid ha provocado que tengamos que estar confinados, pero ahora, también controlados.
La geolocalización es un dato personal, pero además es un dato de especial sensibilidad y que afecta de manera íntima a la privacidad.
Conocer dónde estamos en todo momento, permite perfilar nuestros usos y costumbres, lo cual dice mucho de nosotros y de nuestra conducta.
No tiene ningún sentido el seguimiento general de la cuarentena ocasionada por el covid, mediante los móviles, cuando se desconoce si estamos, o no, infectados.
Por tanto, lo que se está haciendo entonces, no es vigilar al virus, sino a los ciudadanos.
¿Qué ha aprobado el gobierno sobre la geolocalización respecto al covid?
En primer lugar hay que partir de las amplias competencias que en situaciones excepcionales, como sin duda lo es la presente epidemia del covid, tienen las autoridades sanitarias.
Además, hay que tener en cuenta que una de las medidas excepcionales para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 es la de limitar la libertad de circulación de las personas.
Si se me permite, la solución no es tratarnos como a un rebaño sino mejorar los sistemas de salud, aumentar las partidas en investigación y asegurar la transparencia en la gestión epidemiológica de todos los países.
En concreto, vengo a referirme a la reciente Orden de Sanidad, por la que se encomienda el desarrollo de diversas actuaciones para la gestión de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Accede a la orden de Sanidad pinchando aquí
Dos actividades:
Aplicación informática de geolocalización del covid
El desarrollo urgente y operación de una aplicación informática para el apoyo en la gestión de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Dicha aplicación permitirá, entre otras cosas, realizar una autoevaluación, en base a los síntomas médicos que comunique el usuario:
- acerca de la probabilidad de que esté infectado por el COVID-19
- ofrecerle información sobre el COVID-19
- y proporcionar al usuario consejos prácticos y recomendaciones de acciones a seguir según la evaluación.
Como elemento más destacado a los efectos de la protección de datos personales, se advierte que la aplicación permitirá la geolocalización del usuario, aunque se aclara que “a los solos efectos de verificar que se encuentra en la comunidad autónoma en que declara estar”.
Estudio de movilidad durante el confinamiento por el covid
-Análisis de la movilidad de las personas en los días previos y durante el confinamiento siguiendo el modelo emprendido por el Instituto Nacional de Estadística en su estudio de movilidad y a través del cruce de datos de los operadores móviles, de manera agregada y anonimizada.
Dos actuaciones diferentes
Está claro que se trata de dos actuaciones muy diferentes:
En la primera, el usuario se descargará voluntariamente una aplicación, seguramente en el formato de una app para su teléfono móvil.
La aplicación le solicitará, con toda probabilidad, acceso al sistema de localización de su terminal, con lo que se podrá seguir de forma fiel todos sus movimientos.
En el segundo caso, se trata de un estudio con los datos que ya poseen los operadores sobre nuestra localización cuando usamos nuestros móviles.
Esta información se trataría sin nuestro consentimiento para dicha finalidad, aunque se aclara que se utilizará:
*de forma agregada (por grupos de usuarios de un tamaño indeterminado, que debería ser el suficiente para que no se pueda individualizar a ninguno en concreto);
*y anonimizada (es decir, información que ha sido transformada de manera que no se pueda reconstruir los datos identificativos del usuario del que procede, con un grado razonable de probabilidad, puesto que la anonimización absoluta no existe).
Aclaraciones en la geolocalización por el covid
En primer lugar habría que aclarar que nuestro móvil puede facilitar nuestra posición a un tercero (el operador de telecomunicaciones, las empresas que elaboran y operan las apps, y los terceros a los que cedan los datos) de dos modos:
GPS DEL MOVIL
Utilizando el sistema de localización incorporado en el terminal.
Se trata del GPS, como normalmente lo conocemos.
Puede ser activado y desactivado a voluntad y que es de una gran precisión, pudiendo situarnos con un error de pocos metros en cualquier lugar de la Tierra, en cualquier momento. Así, como suena.
ANTENAS DE TELEFONÍA
Utilizando la información que tiene el operador respecto de a qué estación base concreta (antena) se va conectando el móvil cuando nos movemos.
En este segundo caso se trata de información no muy precisa, pero que sí permite localizarnos dentro de un barrio de una ciudad determinada.
Y, normalmente, siempre estará disponible para el operador a menos que apaguemos el terminal o lo pongamos en modo avión.
¿Se respeta la Ley de Protección de Datos?
Desde el aspecto estricto de la protección de datos personales, la finalidad del tratamiento de los datos de geolocalización de los usuarios, tanto si media su consentimiento (en la app instable en el móvil) o no (en el estudio a partir de los datos de los operadores), parece ajustarse a la ley, respetando lo dispuesto en la normativa (el RGPD y nueva LOPD), según avala aparentemente la AEPD.
Ahora nos corresponde a nosotros como ciudadanos informados decidir cómo obrar respecto a nuestros datos, y a las Autoridades les corresponde respetar de forma escrupulosa los fines declarados para el uso de esta información.
La GDPR permite al Ejecutivo manejar esa información de manera excepcional siempre que se haga de manera segura y proporcional, que la conservación de esos datos esté limitada por el objetivo a cumplir y que los datos analizados sean anónimos.
Con ello se pretende evitar que cualquier organismo público utilice una situación de crisis y de emergencia para ampliar su poder e instalar “un estado de vigilancia tecnológica permanente”.
¿Qué pasará en el futuro?
¿Una herramienta de hoy contra la pandemia puede emplearse mañana contra las manifestaciones?
El debate es crucial y afecta al mundo entero:
El riesgo es que se pongan en práctica sistemas no regulados e impenetrables al escrutinio público —no solo durante el tiempo necesario para hacer frente a la covid-19— sino como base para sistemas de vigilancia masiva y de explotación de datos a largo plazo.
Y entretanto, hasta que el horizonte se aclare, algo habremos aprendido sobre la importancia de la protección de nuestros datos. O al menos, eso esperamos…