Una vivienda inteligente ayuda a que nuestra vida cotidiana sea más confortable, ahorra energía y dinero, y protege mejor la casa.

Un sistema domótico recoge información de unos sensores, que han sido instalados en casa, para después procesarla y emitir órdenes.

La casa inteligente acciona y toma decisiones por sí misma, eso sí, teniendo siempre en consideración tus costumbres y estilo de vida.

Ejemplos de domótica en el hogar

#Abrir y cerrar puertas

Gracias a la tecnología domótica podremos hacer que se abran o cierren las puertas,  con tan solo acercarnos. En algunos casos se pueden usar botones de proximidad, no se tocan y sirve para abrir la puerta.

#Control de calefacción y climatización

No importa que sea invierno o verano.  Tu casa estará climatizada como a ti más te guste.

Otra comodidad es la fijación de temperaturas de confort diferenciadas en las distintas habitaciones en función de la permanencia de personas y de las necesidades/preferencias de cada una.

#Conectar y desconectar alarmas de seguridad

Al salir de casa automáticamente se conectará la alarma, y se activará un mensaje/llamada automática a la empresa de seguridad en caso de intrusión o tentativo de ingreso forzado.

#Instalación de controles de acceso digitales

Hoy en día existe la posibilidad de instalar cerraduras electrónicas que permiten controlar cuántas veces se ha abierto la puerta, comprobar si está bien cerrada (incluso estando lejos de casa) o proporcionar acceso a cualquier persona en un momento dado (por ejemplo, si un vecino tiene que acercarse a dejarnos algo y no hay nadie en casa o si alguien se ha olvidado las claves).

 #Abrir y cerrar ventanas

Según nuestras necesidades podemos ordenar con la voz, o a través de un dispositivo inteligente,  el abrir y cerrar ventanas.

#Alertas de caída o accidentes

Útil sobre todo por las personas mayores, la Smart home nos enviará un mensaje en el caso que una persona se haya caído en la casa; al mismo tiempo podrá venir activada la llamada automática a los servicios de emergencias

#Encender y apagar todas las luces de la vivienda

Si no te acuerdas haber apagado todas las luces al salir de casa, una Smart home lo detecta,  y lo hará por ti.

Además, la potencia de las luces se puede regular en función de la iluminación externa para tener el máximo confort y ahorro.

#Encender y apagar las luces exteriores

Las luces del jardín, o del garaje, pueden encenderse al detectar presencia, o cuando no haya bastante luz,  y apagarse cuando queramos,  o no haya presencia.

#Baños automatizados

La puerta que abre y cierra de manera automática, el lavabo no tiene grifo manual, basta con un sensor de movimiento para que se active el agua durante el tiempo que lo estás usando.

#Encender y apagar cualquier electrodoméstico del hogar

Siempre que sea un electrodoméstico inteligente, podrás programarlo para que,  según tus horarios,  se ponga en función o se apague.

#Portero inteligente

Puedes desviar las llamadas del portero automático al teléfono móvil cuando no hay nadie en la vivienda,  y así,  estar al tanto de lo que ocurre.

#Subir y bajar persianas

Según la luz exterior,  y los momentos del día,  para que ahorremos electricidad.

#Plegar o desplegar toldos

Imagina por ejemplo que estás durmiendo y de repente empieza a llover o se gira un fuerte viento. El sistema inteligente, al detectarlo, cerrará automáticamente tus toldos.

#Control para alertas

A veces puede pasar que dejes un fogón encendido, la nevera abierta… el sistema lo detecta y nos avisará.

#Sistema contra incendios, inundaciones y gas

Como el ejemplo de antes, si por alguna razón hubiese una fuga de gas o un malfuncionamiento de algún aparato, nuestra casa inteligente nos lo comunicaría y,  tal vez,  se ponga directamente en contacto con el servicio de mantenimiento.

#Creación de situaciones deseadas

Apretando un botón se crea la situación que deseamos: por ejemplo si quisiéramos ver una película, dándole a un botón se podrías encender el Home cinema, las persianas se bajan, las luces disminuyen.

# Audio y video

Podrás tener un equipo de audio y sonido de alta calidad. Podrás activarlo con tu voz o mediante dispositivo Smart, y hasta existen sistemas discretos y minimalistas que solo se muestran mientras que están en uso.
Además,  si tienes un sistema audio instalado en toda la casa, podrás escuchar música diferente, según la estancia, o excluir aquellas donde no quiere que se escuche.

#Vigilancia inteligente

Se pueden vigilar, mediante las cámaras, las habitaciones de la casa cuando no estamos; además y aun estando en casa, podemos comprobar otras habitaciones y ver que hacen los niños, o nuestros animales domésticos.

#Apagado del aire acondicionado o de la calefacción si se detecta la apertura de ventanas

#Riego del jardín

Los sensores sabrán si habíamos programado el riego, y en caso de lluvia, detendrán la programación.

#Gestión automática de situaciones de peligro

Podemos programar las acciones que deseamos que se activen en caso de encontrarnos en una situación de peligro. ¿Un ejemplo? activación de todas las luces, llamada a un teléfono. Otra alternativa: al saltar la alarma podemos hacer que se enciendan todas las luces o que parpadeen.

Eso sí, tienes que tenerlo claro, para que una lavadora, un lavavajillas o un frigorífico puedan ser domóticos, tiene que existir la posibilidad de conexión a la red wifi de tu casa.

Domótica-privacidad-seguridad de los datos

PROBLEMAS DE LA DOMÓTICA

Hemos cambiado televisores, minicadenas y reproductores de vídeo por persianas, iluminación y lavadoras.

El desarrollo técnico ha permitido que, a través del internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés), casi todo pueda conectarse a la red, pero falta bastante para que vivamos en auténticas casas inteligentes.

Hay que tener presente que cuando nos referimos al Internet de las cosas (IoT) aplicado a la domótica nos referimos a una serie de:

  • detectores, termostatos y sensores del hogar conectados a Internet;
  • dispositivos conectados que, cuando reciben una señal, activan el programa informático que les permite ejecutar la orden (por ejemplo, cuando, a través del smartphone, mandamos una orden a la aspiradora para que se ponga en marcha).

Desde el punto de vista del usuario, hay dos cuestiones importantes que cabe tener en cuenta: de un lado, la privacidad y protección de datos y, de otro lado, la (in)seguridad informática.

Privacidad y protección de datos

Por lo que respecta a la privacidad y protección de datos, hemos de partir de que nos encontramos en una época en que, como muchos dicen, “el nuevo petróleo son los datos personales”.

Esto es así porque a través de la recopilación de datos es posible efectuar perfiles de los usuarios, revelando detalles del modo de vida y de los hábitos personales y familiares, lo que es utilizado por las empresas para sacar nuevos productos.

Aunque las empresas almacenen los datos procedentes de los dispositivos domóticos de forma masiva, sin identificar directamente a la persona, cabe tener en cuenta que los datos proceden de un determinado dispositivo al cual, consecuentemente, están vinculados dichos datos, siendo “extraño” que el usuario no se haya identificado en dicho dispositivo, máxime si realiza un control remoto del mismo.

Observación habitual y sistemática

En este sentido, cabe recordar que el Grupo del Artículo 29, en el documento sobre las “Directrices sobre los delegados de protección de datos”, ha citado como ejemplo de actividad que puede constituir una observación habitual y sistemática de interesados, la domótica (entre otras).

Por tanto, el usuario de dispositivos domóticos tendrá el derecho a ser informado, entre otros extremos:

  • sobre la utilización de los datos recopilados por el dispositivo,
  • de la finalidad de ese tratamiento,
  • la base jurídica que legitima el mismo, la cual, si pensamos en la elaboración de perfiles, difícilmente no deberá ser el consentimiento expreso del interesado mediante una manifestación de voluntad libre, específica, informada e inequívoca, por medio de una declaración o clara acción afirmativa.

Claves para respetar la privacidad

Los datos resultantes de la domótica deberían estar seudonimizados, lo que, a grandes rasgos, implica la sustitución de un atributo por otro en un registro.

El usuario tiene derecho a que la información que permitiría la asociación entre ambos atributos esté protegida por medidas técnicas y organizativas suficientes y adecuadas, de modo que, en la medida de lo posible, se impida su identificación.

Los usuarios de estos dispositivos tendrán, respecto al responsable del tratamiento, los derechos de acceso, rectificación, supresión, limitación de tratamiento, portabilidad y oposición, así como el derecho a ser informados en caso de producirse una quiebra de seguridad que entrañe un alto riesgo para sus derechos o libertades.

Los derechos de los usuarios son obligaciones para el responsable del tratamiento.

La (in)seguridad informática en la domótica

Si atendemos ahora a la segunda de las cuestiones a tratar, la relativa a la (in)seguridad informática, hay dos aspectos principales a tener en cuenta:

  • las empresas priorizan la rapidez en sacar al mercado, antes que la competencia, un determinado producto (tecnológico, en nuestro caso), dejando en un “segundo plano” las cuestiones relativas a la ciberseguridad;
  • estamos hablando de dispositivos conectados entre sí

Imaginemos que por una vulnerabilidad en el dispositivo domótico,  se puede facilitar a un ciberdelincuente el acceso:

  • a la contraseña de la red Wi-Fi;
  • a datos bancarios, si se han asociado al dispositivo;
  • al sistema de seguridad, anulándolo;
  • a nuestro hogar, si cuenta con cerraduras inteligentes;
  • a nuestra intimidad, si se trata de dispositivos habilitados para captar audio y/o imagen…

Conclusiones

Evidentemente, nadie puede asegurar una protección infalible ante posibles ataques en la red y una smart home no deja de estar conectada a internet.

No solo está en juego que alguien ajeno a nosotros haga de nuestra casa un infierno,  al ponerla a mucha más temperatura,  o decida que nos quedemos sin luz.

Los datos personales que nos piden en las apps forman parte de estas vulnerabilidades, así como todos los patrones de comportamiento que recaben para tener el hogar a nuestro gusto automáticamente.

Pese a todo, el IoT puede funcionar sin problemas con conexiones locales, por lo que con una instalación que no requiera de un servidor externo estaría menos expuesto a cibercriminales.

Como usuarios de dispositivos dómoticos, deberíamos,

  • por un lado, exigir a los fabricantes que cumplan con las obligaciones que el Reglamento General de Protección de Datos les impone (lo que, a su vez, si se hace bien, debería mejorar el tema de la (in)seguridad informática ya que, de acuerdo con la citada norma, el responsable ha de atender al principio de la protección de datos desde el diseño y por defecto. 
  • y, por otro lado, no deberíamos de conformarnos con la “seguridad por defecto” que nos ofrece el fabricante, sino que tendríamos que adoptar medidas activas para autoprotegernos, preferiblemente asesorados por un experto en la materia y, en caso de no ser posible, al menos, procurando mantener el dispositivo siempre actualizado y modificando las contraseñas de forma regular.