¿Qué es smart contract o contrato inteligente?

Un contrato inteligente (en inglés,  Smart contract) es un programa informático que facilita, asegura, hace cumplir , y ejecuta acuerdos registrados, entre dos o más partes (personas u organizaciones).

Veamos un ejemplo:

  • En la normativa tradicional, cuando un contrato se eleva a escritura pública, se firma ante notario por todas las partes.
  • Por esta firma, el notario puede cobrar una suculenta minuta, aunque ni siquiera se haya encargado de la redacción del contrato, “dado que la firma que vale es la suya”.
  • En los «smarts contracts», la red te ofrece un sistema de  “notario gratuito”, en cuanto que el resto de participantes hacen de fedatario público, y permiten la no manipulación y acreditación de los mismos.

Relación con blockchain

Antes de la aparición de la cadena de bloques, o blockchain,  no existía ninguna plataforma que pudiera hacer realidad los contratos inteligentes, por lo que solo estaba definida como concepto. 

Bitcoin, en sí misma, es un ejemplo de un contrato inteligente, donde las reglas de juego están codificadas y aceptadas por sus participantes.

Ethereum, entre otras plataformas, permite crear contratos inteligentes Turing completos: «Significa que cualquier programa que se pueda crear en un ordenador estándar, también puede ser programado, y almacenar el código fuente en su cadena de bloques».

En la red de cadena de bloques, o blockchain, se diseña un sistema de intercambio de valor en el que ya no existen terceros de confianza que validen las operaciones, ni las identidades.

La única forma de pasar de la Internet de la información,  a la Internet del Valor, es suprimir todos los intermediarios, incorporando un sistema de pagos propio y una moneda propia, y haciendo que la red, el sistema de cadenas de bloques, se garantice a sí misma.

Esto es en esencia la BlockChain aplicada a los Smart Contracts.

Las estipulaciones del contrato se transforman en un código que se integra en la blockchain, por lo que:

  • es accesible a todas las partes
  • inmodificable
  • se autoejecuta, en el momento en que se den las condiciones
  • y todo ello, sin necesidad de intervención de las partes y/o terceros intermediarios.
smart contract y blockchain

¿En qué se diferencian los “smart contract”de los contratos electrónicos?

Los contratos electrónicos son aquellos acuerdos que podemos realizar por cualquier medio digital.

El contrato inteligente, aunque también lo hacemos realidad mediante el mismo canal, es capaz de ejecutar automáticamente las condiciones pactadas, sin necesidad de interpretación de las mismas, ni de que un tercero dé fe de su contenido y autenticidad.

En cuanto al contenido del contrato, en un Smart Contract nunca se van a poder dar distintas interpretaciones, pues se va a configurar como un protocolo informático susceptible de hacer realidad lo pactado, al contrario de lo que puede ocurrir con los contratos electrónicos y con los tradicionales.

Veámoslo más claramente:

Contratación electrónica

  • Las obligaciones de la contratación por vía electrónica se regulan en los artículos 27 y siguientes de la LSSICE.
  • Se establecen una serie de obligaciones previas y posteriores en el proceso de contratación. 
  • Con carácter previo al inicio del procedimiento de contratación, el prestador de servicios deberá poner a disposición del destinatario las condiciones generales a que, en su caso, deba sujetarse el contrato, de manera que éstas puedan ser almacenadas y reproducidas por el destinatario. 
  • En la mayoría de casos, aceptar las condiciones generales de contratación de los servicios en las plataformas de internet, implica la adhesión del destinatario a las cláusulas preestablecidas por el prestador de servicios, sin tener una capacidad real de negociación.
  • Dicha obligación se dará por cumplida si el prestador la incluye en su página o sitio de Internet.

Los “smart contracts”

  • Los contratos inteligentes o “smart contracts” podrían equilibrar el poder de negociación de las partes, si la tecnología llega a ofrecer garantías de validez y eficacia, en la exigencia del cumplimiento de sus respectivas obligaciones.
  • Los contratos inteligentes pueden ejecutarse por sí mismos, cuando los valores predefinidos se cumplen, es decir, que se ejecutan de manera automática y autónoma.
  • Se trata de un programa informático en el que, una vez activadas las secuencias, comandos o instrucciones programadas (basadas en las condiciones reflejadas en el contrato), las partes no intervienen directamente en la ejecución de su cumplimiento, ya que el contrato lo realizará de forma autónoma.

Configuración del smart contract

La concreta configuración técnica del “smart contract” determinará la forma en la que se pueda verificar su autenticidad, y la validez que le reconocerá posteriormente el ordenamiento jurídico.

Así, un “smart contract” podría configurarse, por ejemplo, en torno a:

  • un tercero de confianza
  • una red de terceros de confianza
  • fedatarios públicos
  • o, incluso, a una red abierta y completamente descentralizada que se apoya en tecnologías como blockchain.

Cada una de estas posibilidades de configuración aportaría distintas características al “smart contract”, según las plataformas o herramientas con las que se hubiesen creado.

Tal vez la clave del éxito de los “smart contract” se encuentre en lograr diseñar un sistema híbrido que combine terceros de confianza, fedatarios públicos y redes descentralizadas abiertas.

Cuestiones que deberían ser resueltas:

  • el uso de firma electrónica en el contrato electrónico
  • la acreditación de su autenticidad, integridad, confidencialidad y la trazabilidad de su contenido

La intervención de los terceros de confianza permite que dicho documento se  archive con las declaraciones de voluntad de las partes, y se pueda consignar la fecha y la hora en que dichas comunicaciones han tenido lugar.

No obstante, es necesario recordar, tal como establece el artículo 25 de la LSSICE, que la intervención de dichos terceros, en ningún caso altera, ni sustituye, las funciones que corresponde realizar a las personas facultadas, con arreglo a Derecho, para dar fe pública.

Por lo tanto, la plataforma que ofrezca el servicio de generación de contratos inteligentes, también podría incluir los servicios de terceros de confianza que anteriormente se han mencionado, pero no sustituirá a las funciones de un fedatario público.

smart-contract

¿Dónde se regulan los smarts contracts?

En nuestro ordenamiento jurídico, actualmente, no disponemos de ninguna regulación específica, pero podemos aplicar, para muchas de las situaciones, la legislación vigente en materia contractual, como son:

-El  Código CivilVista previa del enlace añadida por la extensión vLex .

-La Ley 7/1998Vista previa del enlace añadida por la extensión vLex , de 13 de abril, de Condiciones Generales para la Contratación.

-El Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.

¿Qué desventajas tienen los contratos inteligentes?

Inmutabilidad del contenido.

Las estipulaciones del contrato pasan a ser un protocolo informático que se inserta en la blockchain, por lo que no puede ser modificado, ni tan siquiera en los casos en los que haya un fallo en la programación.

Al estar vinculados a determinados valores, un contrato inteligente mal programado, dará lugar a pérdidas de dinero u otras situaciones irrecuperables.

Derecho al olvido

La blockchain es una red accesible a todos y, por lo tanto, pública, por lo que pueden plantearse problemas con la protección de datos, por ejemplo, en asuntos como el derecho al olvido, pues una de las características  es que lo introducido en la blockchain es imborrable.

Insertado en una cadena de bloques

A día de hoy, para que el contrato inteligente pueda operar correctamente, es necesario que se inserte en la cadena de bloques, siendo necesario el uso de criptomonedas para que pueda funcionar.

Lugar de celebración del contrato

El lugar de celebración del contrato es necesario para conocer la legislación aplicable, la jurisdicción y la competencia.

En el caso de los contratos inteligentes, y dado que estos no se encuentran físicamente en ningún sitio, puede ser una fuente de conflictos legales, puesto que la blockchain consiste en una red mundial basada en la confianza de sus integrantes.

Quizá este problema, y a falta de una regulación específica, podría solucionarse con una cláusula en la que las partes pacten la jurisdicción y ley aplicables.

Autoejecución

Otra de las dificultades que debe sortear la tecnología, que cree y gestione los “smart contract”, es la necesidad de comprobar determinados hechos, acciones, o eventos, para que sea posible la auto ejecución de las cláusulas del contrato.

El “oráculo” es la herramienta que permite la monitorización de la actividad de la red, para efectuar la antedicha comprobación, y así, poder dar cumplimiento a los compromisos de las partes, sin necesidad de su intervención.

Las funciones del “oráculo” pueden consistir en: desde verificar resultados de una web de apuestas deportivas o de cotizaciones en bolsa, hasta localizar un objeto en cualquier parte del mundo con la ayuda de tecnología de geolocalización combinada con servicios de internet (internet de las cosas).

validez jurídica de los smart contract

¿Qué validez jurídica tienen los smart contract?

Debemos aplicar la legislación que anteriormente hemos indicado:

En primer lugar, como en cualquier contrato, el smart contract se trata de una declaración de voluntad en la que dos o más partes consienten en obligarse (artículo 1.254 del Código Civil) y deben cumplir con los requisitos del artículo 1.261 del Código Civil: consentimiento, objeto y causa.

En cuanto a la forma, salvo las excepciones, rige la autonomía de la voluntad, por lo que el contrato inteligente resulta válido.

También se debe tener en cuenta el art. 23 LSSI, que establece la validez del contrato en soporte digital, y el art. 3 de la Ley de firma electrónica, que establece la admisibilidad, como prueba en juicio, de un contrato celebrado en vía electrónica.

Pero aquí la duda principal que se plantea es:

¿de qué manera puedo aportar dicho contrato como prueba?

Al incorporarse a la blockchain,  habría que ver si se pueden descargar las estipulaciones, o el cifrado,  para acceder al contenido del contrato.

¿Qué usos se pueden dar a los contratos inteligentes?

Los contratos inteligentes tienen como objetivo brindar una seguridad superior a la ley de contrato tradicional, y reducir costos de transacción asociados a la contratación.

La transferencia de valor digital mediante un sistema que no requiere confianza (ej. bitcoins) abre la puerta a nuevas aplicaciones de las que pueden hacer uso de los contratos inteligentes.

testamento-digital

A modo de ejemplo, podríamos hablar de un testamento inteligente, celebrado con las características del Smart contract.

Sería capaz, ya no solo de establecer la gestión de los contenidos digitales (como cuentas de redes sociales, archivos digitales, entre otros),  si no que se podrían asignar los bienes a cada uno de los herederos, llegando a realizar los cambios de titularidad en los registros correspondientes sin necesidad de intervención de terceros, ni de la realización de ningún trámite, pues actúa como un robot que ejecuta unas órdenes, en este caso, las últimas voluntades del causante.

Testamento digital

Otro ejemplo podría ser un contrato de arrendamiento inteligente.

  • Supongamos que para acceder a la vivienda el arrendatario disponga de una tarjeta electrónica.
  • Dicha tarjeta puede estar programada para que, en el caso de que el arrendatario no haya cumplido con sus obligaciones, o hubiera expirado el plazo, dicha tarjeta dejara de funcionar.

Pero los smart contract, o contratos inteligentes, se podrían realizar en cualquier transacción que requiera un acuerdo registrado entre partes.

Más ejemplos:

En la contratación de productos financieros o de seguros, los depósitos en garantía, las operaciones de compra y venta de instrumentos financieros en los mercados bursátiles, de préstamos sindicados, compra venta de regalías, etc.

usos del smart contract

Otros ejemplos de aplicación de los contratos inteligentes

La Gestión digital de derechos de autor (o DRM por sus siglas en inglés) consiste en el uso de contratos digitales para gestionar licencias de derechos de autor

La criptografía financiera proporciona contratos inteligentes para realizar contratos financieros.

Algunas redes de intercambio de archivos P2P necesitan mecanismos para asegurar que el cliente remoto contribuye ofreciendo recursos al sistema, de la misma manera que los consume, todo esto sin requerir los gastos que puedan ocasionar la tramitación de un contrato tradicional al uso. Un ejemplo de esto puede ser flud.

En el Internet de las cosas hay varios proyectos para que las cosas realicen contratos inteligentes entre ellas. Por ejemplo hay proyectos para electrodomésticos y para redes de telemetría.

Son muchas las aplicaciones prácticas que pueden ofrecer este tipo de contratos, siendo una de las más interesantes la articulación de los servicios basados en plataformas de consumo colaborativo, ya que una correcta configuración de estas herramientas, combinada incluso con inteligencia artificial, permitiría la negociación de cualquier entrega de bienes o prestación de servicios, sin necesidad de intermediarios.

Conclusiones

El uso de los “smart contract” es uno de los temas que está centrando una gran parte de los debates sobre la transformación digital en el ámbito jurídico.

No hay duda de que, para adaptarnos a todos estos cambios, es necesario capacitarnos, para poder hacer frente a un seguimiento y análisis continuo de toda la normativa que pueda afectar al desarrollo de cualquier tecnología, especialmente las que son consideradas como disruptivas.

Los servicios jurídicos especializados en los entornos digitales son, y serán, cada vez más necesarios para prevenir estos nuevos escenarios, con la implementación de metodologías que permitan una mejor gestión de los riesgos legales, y todo ello con la finalidad de cumplir, con las diversas normativas, de una forma continua en el tiempo.

Podéis ver los problemas que plantean los smart contract en el cumplimiento del RGPD en este post, en el que hablamos de blockchain.

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