¿Qué son las «smart cities»?

La «ciudad inteligente» a veces también llamada «ciudad eficiente» o «ciudad súper-eficiente», se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad que es capaz de responder adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas, y de los propios habitantes, tanto en el plano económico, como en los aspectos operativos, sociales y ambientales.

El concepto Smart City surge de la evolución de las llamadas Ciudades Digitales, que en el año 2004 nacen en España tras un trabajo que realizó el Ministerio de Industria de este país con la elaboración del primer programa de Ciudades Digitales que se abordaba en el mundo.

¿Existen las smart cities?

De una calle con Wifi a una ciudad inteligente hay un largo camino.

De un puñado de farolas conectadas a ganarse la etiqueta de smart city existen muchos desafíos.

En España, una de las primeras en apostar por la conectividad y la gestión inteligente de servicios fue Barcelona.

Aunque hoy se ha visto alcanzada, e incluso superada, por otras ciudades, el caso de la capital catalana sigue siendo de los más estudiados

Hablamos de ciudades inteligentes que hacen uso de los avances tecnológicos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Estos avances tecnológicos se concretan, básicamente, en la instalación de sensores inalámbricos que recogen todos los datos posibles de la ciudad, a fin de conseguir la ansiada calidad de vida de sus ciudadanos.

Como siempre, esta recolección de información en la sociedad del dato puede ser:

  • inócua y facilitar el fin último que es la generación de esas ciudades inteligentes que mejoran la calidad de vida a fin de evitar atascos, luchar contra la polución o mejorar las comunicaciones; 
  • o afectar a los derechos fundamentales de los ciudadanos, en especial en lo que a privacidad, intimidad y protección de datos se refiere, para pasar de ser un «ciudad inteligente» a una «ciudad gran hermano» con el peligro que conlleva por mucho de inteligente o segura se pinte.
SMART CITIES

Cualidades necesarias para ser «smart cities»

  • Sostenibilidad, utilizando la tecnología para reducir el impacto del factor humano en el medio habiente;
  • Inteligentes, ofreciendo innovación para el bienestar y el desarrollo económico;
  • Seguridad y eficiencia, mediante el uso de la tecnología se puede ayudar a mermar accidentes, el índice de criminalidad e, incluso, la polución ambiental.
  • Se trata de desarrollar herramientas que además de facilitar la vida a los ciudadanos, aporten mayor valor como ciudad.
  • Para el desarrollo de estas herramientas es necesario que se analicen las necesidades de la ciudad y las tendencias de las Smart Cities, se elabore un plan estratégico y se planifique a través de un análisis de impacto los pasos a seguir mediante una hoja de ruta.

¿Somos realmente conscientes de la cantidad de datos que circulan a diario en una ciudad?

A pesar de poder llegar a tener una idea sobre la cantidad de datos que pueden estar en continuo movimiento en una ciudad, puede ocurrir que no seamos conscientes de la utilidad que ofrecería una buena gestión de los mismos.

Ante estas inquietudes nace Open Data, una herramienta creada para las Smart Cities.

Mediante la utilización de los datos, Open Data permite:

  • Mejorar la gestión y eficiencia de los recursos y los servicios.
  • La participación y colaboración de los ciudadanos mediante feedback.
  • Compartir datos ofreciendo la posibilidad de que cualquier pueda usarlos, respetando las exigencias de seguridad y privacidad.
  • Ofrece un gobierno abierto y transparente.
  • Facilita el desarrollo de proyectos de emprendeduría e innovación.
  • Obtener interoperabilidad y una visión de la ciudad como plataforma.

¿Cómo afectan las «smart cities» a la privacidad del ciudadano?

Las ciudades hiperconectadas recurren a la videovigilancia, el Internet de las cosas y el Big Data en su día a día.

El derecho a la protección de la privacidad debe respetarse, asegurando una gestión responsable de las nuevas tecnologías en un ámbito tan cambiante como es el de las ciudades inteligentes, en evolución constante.

Si bien la eficiencia y la sostenibilidad de la que hacen gala es un punto positivo indudable a su favor, hay que tener en cuenta que todas las tecnologías que se usan para conseguirlas requieren un tratamiento masivo de datos, que no siempre se sabe bien cómo afrontar.

En ciudades cada vez más digitalizadas, los usuarios deben tomar conciencia del valor de su información 

El Big Data permite un conocimiento tan profundo del usuario que puede ser un factor decisivo para generar un aumento en el negocio, mientras que el Internet de las cosas permite que los dispositivos generen información constante, lo que puede ser un problema a la hora de tratar y custodiar los datos generados.

Además de las medidas legales necesarias para controlar que se cumple con el derecho fundamental a la protección de datos, es necesario que los ciudadanos sean conscientes de los riesgos de crear su identidad digital.

Es fundamental una pedagogía social que les conciencie acerca de cómo proteger su privacidad en proyectos smart city.

SMART CITIES y RGPD

El RGPD y las «Smart Cities»

¿Estaríamos constantemente vigilados? ¿Es legal?

El Reglamento General de Protección de Datos da respuesta a esta pregunta y es el instrumento al que, Open Data debe de adaptarse para garantizar el derecho fundamental a la protección de datos.

Para tal fin, se deberán tener en cuenta los principios relativos al tratamiento que forman la base de esta regulación:

Licitud, lealtad y transparencia

El fundamento de estos principios reside en la necesidad de informar al titular del dato con el fin de evitar una situación en la que para se encuentre desprotegido ante tratamientos que desconoce y que pueden llegar a realizarse de forma ilícita.

Limitación de la finalidad

Obligando a la recogida de los datos para fines determinados, explícitos y legítimos garantizando que el uso de los datos no sea para otros fines distintos.

Minimización

Asegura que los datos recogidos son los estrictamente necesarios en relación a los fines concretados. Excluye la posibilidad de obtener datos que nada tengan que ver con el tratamiento que se va a llevar a cabo.

Exactitud

Ofreciendo la posibilidad de rectificar o suprimir los datos para que sean lo más exactos y actualizados posibles.

Limitación del plazo de conservación

Obligando a concretar e informar el periodo en el que se guardaran los datos.

Integridad y confidencialidad

Obligando al responsable a garantizar que se aplican las medidas necesarias para proteger los datos.

Responsabilidad proactiva

Siendo el principio más importante de todos, recoge la necesidad establecer las medidas concretas que garanticen todos los principios mencionada y que hagan posible poder acreditar el correcto cumplimento de las obligaciones marcadas por el RGPD.

logos de redes sociales

Conclusiones

El concepto de ciudad inteligente ha dejado de ser una utopía tecnológica para convertirse en una realidad cada día más evidente en sociedades de todo el mundo.

La implementación de tecnologías de última generación en nuestras ciudades supone una mejora sustancial de la calidad de vida de los ciudadanos.

Singapur, Londres y Barcelona son tres de las ciudades más inteligentes, según el informe Understanding the Challenges and Opportunities of Smart Cities, realizado por Philips Lighting y SmartCitesWorld, que abarcaba 150 variables que influyen en la planificación urbana de las ciudades.

“No hay ciudad inteligente sin ciudadanos inteligentes”.

Los ciudadanos desempeñan un papel clave en el desarrollo de ciudades inteligentes, por lo que es importante que puedan participar en los cambios a nivel local.